Este artículo de opinión va dedicado a todos aquellos que un día escucharon una predicción de un “gurú” y afortunadamente no le hicieron caso.
El otro día tuve la gran suerte en el Congreso de Wellness y Educación Física en Mallorca, de que me invitaran como uno de los moderadores de una mesa redonda titulada “Supervivencia en pequeñas instalaciones” (refiriéndose a gimnasios). El caso es que lejos de sacar conclusiones al respecto, de cómo podría afrontar los problemas a los que me tengo que enfrentar en mi “pequeña instalación” a diario, o de como librarme de esos “charlis” que viven agazapados detrás de cada rincón de los pequeños gimnasios (el título sugería más ésto), obtuve otras conclusiones muy alejadas del tema que nos ocupaba.
Una mesa redonda, creo, debería ser mejor que una lluvia de ideas referente a un tema que interesa a tu negocio, ya que, además de ser ideas, vienen avaladas por una experiencia previa. Pero en la mayoría de los casos acaban siendo intentos de imposición de los criterios de cada uno de los asistentes, es decir muy tediosas y poco productivas, porque al que apetece oír es a uno mismo.
Una de las conclusiones que saqué es que en nuestro sector existe mucho gurú vidente. De esos que asesoraron a nuestro presidente Zapatero vaticinando el advenimiento de un nuevo Mesías y no una crisis de dimensión desproporcionada. De esos que te dicen: “No funcionará”; “espera que te monten la competencia al lado”; “Estás loco, eso es inviable”…
Cuando monté mi “negociete” hace ahora unos once años, eran los comentarios que con mis socios teníamos que sufrir a diario. Incluso después de haber “triunfado”* -Menos mal que hicimos caso omiso, y menos mal que lo seguimos haciendo-.
Otra de las conclusiones es que los negocios con éxito no serán considerados como referencia del sector a no ser que estén ubicados en una capital. Dónde la competencia es férrea, todos los gastos se disparan y donde actúa la ley de la gravedad. En las poblaciones más modestas no sale el sol por la mañana, las personas estamos en un periodo evolutivo anterior y las vacas vuelan. No entiendo por qué parece que actúan una serie de leyes físicas y económicas diferentes en una población pequeña respecto a una grande. Por supuesto que se tiene que tener en cuenta la idiosincrasia del entorno, pero de ahí a carecer de valor por ser más pequeño hay un trecho. Es como sí todo mi trabajo diario, y el de muchísimos gestores de pymes de este país careciera de valor porque haga lo que haga, como es “un pueblo” van a seguir entrando a mi negocio por generación espontánea.
Un negocio que funciona tiene las mismas ideas buenas que portar sea en Sevilla que en Cadrete. Sólo hay que saber escucharlas y adaptarlas a tu entorno.Por último, quiero agradecer mucho a todas aquellas personas que he tenido la suerte de haber conocido durante mi andanza en el mundo de los “negocios” (¡Uy! ¡Perdón! “Negocietes”), porque todos y cada uno de los que me han querido contar su historia, sus problemas y sus logros, han hecho de mi empresa lo que es: algo de lo que sentirme muy orgulloso y que me permite el lunes que viene, mientras muchos de esos gurús no pueden sino que acudir a su trabajo después de una hora de desplazamiento o atasco, irme a descender uno de los preciosos barrancos que me ofrece mi querido Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara - o quizás me vaya a escalar a Benasque. Mejor eso lo hago el martes. ¿Ellos que harán? (Quizás esto sobraba, ¿o quizás no?: A ver si aprenden a tener la boca cerrada si no van a aportar nada)-.
No me esperéis en la próxima mesa redonda.
Venidme a ver cuando queráis.
Un empresario pueblerino orgulloso.
*Cuándo afirmo que hemos triunfado no es después de haber convertido mi empresa en una multinacional, cadena, miles de trabajadores, cotizar en bolsa… Lo digo después de haber aplastado en cifras a las previsiones más optimistas que hicimos a la hora de abrir nuestro negocio. No necesitamos más, es mejor de lo que soñamos, ¿para qué pedir más? ¿para no alcanzar nunca nuestros sueños? aunque todo esto da para otro artículo.
16 de octubre de 2010, 22:18
Muchas gracias diego por compartir en el Hotel Horizonte unas charlas tan interesantes .