Hoy he leído lo siguiente en este artículo:

LA CEIM QUIERE UN DESALOJO INMEDIATO DE SOL

Las ventas han bajado un 80 por ciento, según la CEIM, y los empresarios madrileños piden "encarecidamente" que se considere la "urgente necesidad" de resolver esta situación

Lo primero que querría decir es que me cuesta mucho creer que eso sea cierto. Pero no lo voy a tachar de exageración porque desconozco los datos.chorizos Pero lo que sí me apetece compartir es el pensamiento que he tenido al respecto.

En la mayoría de las ocasiones, en nuestros negocios, tendemos a ser conservadores. Acostumbrados a lo ya existente, nos cuesta adaptarnos a una nueva situación. Nuestros clientes de siempre, nuestro funcionamiento de siempre, nuestros productos o servicios de siempre… Total, nos ha funcionado siempre, ¿por qué no lo va a seguir haciendo?

Pero esto nos hace muy vulnerables a situaciones inesperadas, y, por mucho que nos pese a los empresarios, el mundo no tiende a la estabilidad, sino al caos.

Aparece una crisis económica y los menos preparados para adaptarse caen y desaparecen, aparece una revolución en frente de nuestro negocio y caen las ventas un 80%…

Yo no digo que estar en el meollo de una revolución ciudadana sea la panacea, pero sí que creo que quizás en muchas ocasiones no sepamos ver la oportunidad de los acontecimientos. Me cuesta mucho creer que alguien no haya sabido ver el filón que, tantas personas concentradas en la Puerta del Sol de manera pacífica, pueden generar.

El apoltronamiento al que tendemos los empresarios, hace que nuestra visión periférica disminuya y dejemos pasar posibles vías alternativas de negocio, que incluso pueden hacer que nos arruinemos.

No creo que la CEIM deba pedir el desalojo, como no creo que los acampados en Sol impidan premeditadamente que los comerciantes se arruinen. Al fin y al cabo de eso trata también ese movimiento, ¿no? De que todos podamos ganarnos la vida.

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