Dedicado a todas aquellas personas que forman parte de un equipo y se sienten orgullosas.
Cuando organizas un evento y se acaba, te entra una sensación de como vacio y relax que hacen que estés descentrado durante un tiempo.
En mi caso no me he podido relajar nada, porque estos dos eventos han venido uno detrás de otro.
Pero es que, cuando salen tan tremendamente bien como han salido estos a los que me refiero en estas líneas, la sensación es muy difícil de describir. Estás cansado, pero tu mente va a mil, intentando pensar en el siguiente (¡¡que será dentro de un año!!).
En estos momentos me vienen a la cabeza tantas personas a las que me gustaría dar las gracias por estos dos fines de semana…
- A los participantes: Por el “buen rollo” que impregnó el ambiente.
- A los técnicos del centro de congresos de Barbastro: Por hacer más de lo que su puesto exige y siempre con una sonrisa y una palabra amable.
- Por el personal “externo” (que en realidad son como interno): por ser tan profesionales y a la vez tan cercanos.
- A todos aquellos que por pequeño que fuera su gesto han ayudado a hacerlo posible.
- A mis amigos, que me admiran tanto como los admiro yo a ellos. ¡Sois grandes, nenes!
- A mi familia… sin comentarios. Siempre estáis ahí.
Pero sobre todo, en quien más pienso, es en mi equipo. Ese equipo que me ha costado años reunir, y que reúne las características que creo son ideales para las funciones que desempeñan:
- Tienen ganas de aprender, con todo lo que ello conlleva (ir mejorando, atienden, aceptan retos…)
- Saben aceptar las críticas y la mayoría de las veces rectifican (que no es nada fácil).
- Son sacrificados.
- Se les puede dar una orden directa en un momento tenso, sin ningún tipo de tacto y no les sienta mal. Nunca te lo tendrán en cuenta. Relativizan la situación.
- Y la más importante de todas: Casi el 95% del tiempo lo hacen con una sonrisa y con “cachondeo”. Lo que hace que todo aquel que venga a trabajar con nosotros se sienta parte de nuestra familia, y se relajen y saquen lo mejor de sí mismos. Siempre tienen una palabra amable.
Sinceramente, que se vayan al carajo (por no decir a la mierda) todos aquellos equipos serios, aburridos y con tanta tensión innecesaria (como si la organización de un evento no lleve implícita suficiente tensión) que pueblan las organizaciones, asociaciones, estamentos, juntas y demás grupos de personas que en algún momento se consideran equipos. Como se diría en Aragón: ¡Idos a cascarla!
¡Más buen rollo y bromas! ¡Leches! (Por no decir hostias ya).
Yo por mi parte sólo puedo prometerles que aprenderé a delegar mejor y no me olvidaré nunca de ser agradecido. Sois mi equipo ideal, el que siempre he querido tener. ¡¡Gracias!!
P.D. No penséis que me voy a quedar en estas minucias de eventos… ni nacional, ni nacional, el siguiente galaxial.
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